Hoy, Día de la Mujer Trabajadora, son diversas las tribunas que sirven para difundir las inexactitudes, que interesadamente, agita el feminismo de género. Para muestra, este artículo, que incide en el mito de la brecha salarial, aunque la autora se despista al final y se aparta de las consignas que los/las escribas deben reforzar en un día tan especial.
Como Pepa Bueno (ver entrada anterior), la autora refleja que como ahora hay más hombres parados, un porcentaje similar al de mujeres, por fin hemos alcanzado la "igualdad". Es como cuando en Cuba se ufanan por su justicia social, tras haber logrado extender la miseria a toda la población. Han conseguido, también allí, la "igualdad", camaradas y "camarados" son igual de pobres. Por otra parte, me sorprende que artículo tan pegado a los clichés del feminismo de "género" incluya este pasaje tan lúcido: (Las mujeres ganan menos porque…) “eligen en general trabajos peor pagados, y están poco representadas en sectores como la tecnología y la ciencia". La autora no se ha enterado que según las consignas que lanza nuestro Ministerio de Igualdad, las mujeres ganan menos que los hombres "por el mismo trabajo". Añadir esta coletilla final es esencial para el/la escriba verdaderamente concienciado/a, aunque sea mentira. Por el mismo trabajo, antigüedad y formación, hace años que no existe discriminación salarial por razones de sexo en España. Lo reconocen los sindicatos. A no ser que por el “mismo trabajo” se tienda a hablar de categorías generales. Si es así, podremos alegar también que por el “mismo trabajo”, los modelos masculinos ganan menos que las modelos femeninas. O que un médico (cirujano) gana más que una pediatra. Si, el mismo trabajo, médicos, pero diferentes tareas (elegidas libremente, según la autora del artículo.).
En fin, que a la escriba se le ha olvidado que lo de la libre elección de tareas es una utopía en nuestra “sociedad patriarcal”. Todas las diferencias salariales obedecen a una extensa conspiración machista para mantener a la mujer en su ancestral situación de opresión. La autora del artículo debe re leer las consignas que el feminismo radical lanza en días tan señalados como hoy. O terminarán por ponerla en una lista negra, como enemiga de “genero”. Para escribir un artículo feminista no basta con cambiar la palabra sexo por género. Hay que repetir machaconamente las mentiras que dicta, con sonrisa y talante, la ministra Bibiana Aído.
lunes, 8 de marzo de 2010
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