Según el feminismo radical, la dirección femenina del mundo acabará con las guerras.
Sin embargo, todos hemos oído en campaña electoral decir a Hillary Clinton, “progre” americana, que “un ataque de Iran a Israel significará una respuesta masiva y letal de EEUU”. Incluso hoy, cuando habla de diplomacia inteligente, añade que en ocasiones será necesario utilizar la fuerza. Golda Meir, socialdemócrata, en la guerra de los Seis Días, demostró la misma determinación guerrera que cualquier hombre. Margaret Thatcher, conservadora, laminó las Malvinas. Y la ministra Carme Chacón, “progre”, está preparada para enviar más tropas a Afganistán, ya que según sus palabras, “nuestras tropas luchan por la defensa de nuestros principios.”
Todos son ejemplos de mujeres y de posiciones políticas diferentes en las que late un fondo bélico que trasciende a la ideología de género. Aunque las feministas estarán prestas a añadir que los ejemplos que he puesto reproducen los modelos de dominación patriarcal que han aprendido.
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