No suelo leer los periódicos gratuitos. Su contenido suele ser banal y tiende al populismo. Machacan una y otra vez a sus lectoras con titulares del tipo “las mujeres ganan un 30% menos que los hombres” sin entrar en razones (por lo menos la prensa de pago incluye las causas de esa desigualdad, en un afán de parecer un poquito más analítica). Para la mujer que optó por ser tele operadora, comercial de seguros, psicóloga o periodista becaria y que ojea estos periódicos en el tren de cercanías, titulares como esos proporcionan el escapismo de la “justa indignación” frente a los electricistas, mecánicos u obreros de la construcción que ganan más que ella.
Hoy he cogido uno de esos periódicos en una cafetería. Me llamó la atención el siguiente titular: El coste de la separación les obliga a vivir en un barracón (página 4 del diario). El artículo describe la situación de desamparo en la que se quedan “decenas de personas” tras sus divorcios. Se muestran fotos de esas personas. Todas son hombres. Cuando se trata de discriminaciones salariales, los periódicos no dicen “hay personas que ganan un 30% menos que otras”. Señalan el sexo de esas personas. Pues bien, el 96% de las personas que deben abandonar el domicilio conyugal son hombres. El mismo artículo lo resalta en un pequeño recuadro a pié de página. Justo, al lado, aparece que la custodia de los hijos corresponde, casi en el mismo porcentaje a las mujeres. Pero no se establece un nexo entre las dos circunstancias, que según las actuales leyes españolas, están íntimamente relacionadas. Quién se queda con la custodia de los hijos se queda con la casa. Los testimonios de un hombre que tiene que vivir en un contenedor o el de otro al que la juez le dijo que se fuera a vivir a casa de sus padres si no podía pagar la hipoteca y manutención son ilustrativos de situaciones injustas motivadas por la ideología de género en España.
Mientras escribo esto, me ha llegado reseña de otra noticia. El fraude de una madre separada para que su hijo logre plaza escolar en un colegio concertado alegando la proximidad del domicilio del lugar de trabajo de su ex marido. El propio marido, que se entera por el periódico del fraude de su ex, responde en el mismo periódico (Paco en los cometarios a la noticia). Su testimonio es un resumen de todas las injusticias propiciadas por el feminismo que apoya a nuestro presidente del Gobierno que invito a leer.
¿Qué hacen los hombres que leen estas noticias?. Yo no he vivido esas situaciones dramáticas. Gozo de una familia estable, no hay serios conflictos en mi convivencia, tengo un hijo y una hija que espero no se vean inmersos en estos conflictos (mi hijo tendría las de perder, por lo que leo día a día). Pero igual que los padres fundadores de EEUU, que eran esclavistas y propiciaron la abolición de la esclavitud, o el burgués Marx que escapó a la alienación obrera pero desarrollo la dialéctica (fallida) para superarla, deseo involucrarme en promover cambios a situaciones aparentemente alejadas de mi vida. Ya sabéis aquella frase, de que primero fueron a por los judíos y yo no hice nada...hasta que el nazismo campó a sus anchas para toda la población alemana.
Parafraseando a ese burgés que alimentó el materialismo dialéctico del rencor, del que el feminismo radical es heredero: un espectro se cierne sobre los hombres de bien, el espectro del feminismo de género. Neguemos el voto a las organizaciones políticas que se escudan en él como paradigma de igualdad.
martes, 21 de abril de 2009
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Excelente entrada.
ResponderEliminarA mí me pasa igual. Mantengo una relación envidiable con mi pareja, pero me preocupa el ambiente social y legal que trata de machacar a los hombres.
Lo que tengo claro es que, en conjunto, tenemos lo que nos merecemos. Por acción u omisión. También, como siempre pagarán "justos por pecadores". Ya hay muchos padres que hemos decidido no ayudar a nuestros hijos varones en la compra de una vivienda. No vamos a sacrificarnos para que después una espabilada, abusando de la ley, se quede con el fruto de nuestros esfuerzos y ahorros. Que se lo ganen ellos o lo paguen los padres de la novia, que seguro que no lo perderán.
La verdad es que es duro lo que escribes pero es el marco de conflicto que en nuestro país ha creado la ideología de género. No me había planteado el tema que tu comentas, pero si ayudo a mi hijo varón en la compra de un piso, le recomendaré la separación de bienes. Tal y como están las cosas, debería ser el acuerdo prematrimonial por defecto. Las separaciones más conflictivas en España son aquellas en las que hay hijos de por medio. Se les utiliza como moneda de cambio.
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