Hoy el dominical de El País publica un artículo sobre el efecto de la depresión económica en los trabajadores. Para ilustrarlo, utiliza una serie de historias personales. La primera, una mujer ejecutiva, de 46 años, que se queda en el paro con un marido que sólo gana 1000 € (suena casi a reproche, que probablemente no existiría en una situación inversa). "¿Cómo mantengo a mis hijos y pago la hipoteca al mismo tiempo?", se pregunta angustiada.
La segunda, un relaciones públicas gay, que debido a su estado de ansiedad, termina confundiendo el nombre de su chico con el de uno de sus acreedores, a causa del estrés.
Entremedias, un grupo de trabajadores varones que se toman la justicia por su mano para frenar el ERE.
El artículo concluye con una mujer a la que la negociación de ERE en la empresa en la que también trabajaba su pareja fue el final de su relación.
Todas las estadísticas señalan que los principales afectados por el paro en esta crisis son varones (entre ellos habrá gays). El índice de desempleo masculino supera al femenino (incluyendo, imagino, lesbianas) hace meses. Sin embargo, leyendo este artículo, el paro atenaza y deprime sobre todo a los trabajadores sobre los que el Ministerio de Igualdad ejerce su tutelaje.
domingo, 19 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario